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foto de pili |
En esa búsqueda, se le puede
ir la vida a uno y jamas ser feliz, o tal vez solo vivir, como suelo
hacerlo yo, la vida te ofrece mil cosas que hacer y nosotros
solamente debemos hacerlo y ya, sin pensarlo mucho.
Hoy la
felicidad no era lo mismo que el día anterior, estaba a un nivel
mucho más alto, todo era nuevo, y esperábamos seguir así muchos
días, en el fondo sabíamos que nos merecíamos esto y muchas cosas
más. Para iniciar, queríamos llegar de hotel al parque central a
ubicarnos y tomar camino a nuestro destino. En ese camino, alas seis
de la mañana nos metimos media cuadra, equivalente a unos 45 metros,
en contravía; “Quien nos va a ver a esta hora, de domingo”, nos
equivocamos y nos encontramos de frente a una patrulla policial, y
además con su altavoz nos dicen; estaciónese a la orilla, nos
dijeron que la multa era de 64 dolares, les dije que ese era el
capital dispuesto para nuestro viaje que si pagábamos la multa,
deberíamos devolvernos, la gran Pili, hablo con ellos y les dijo;
“perdonemos, estamos perdidos y queremos visitar a unos amigos,por
favor”. Se sonrieron y dijeron- “Se van por esta calle derecho y
al final giran a la derecha y ya estarán fuera de la ciudad, que les
valla bien y no se olviden de manejar con cuidado”.
Salir de
Tulcan es de manera rápida y sencilla, tomando la troncal de la
sierra, a tan solo 6 kilómetros el clima ya es otro, más frió, y
seguimos subiendo, cae lluvia y hace más frío y nos adentramos en
un gran páramo. Aumenta el frió, la lluvia y en menos de dos horas
cerca al cantón de Bolivar, estábamos desayunando. Y seguidamente
pasando por Yahuaracocha, una hermosa laguna que nos da la bienvenida
a la moderna Ibarra.
Atuntaqui,
Cotacachi, Otavalo, Cayambe , Guaylabamba, fueron los siguientes
puntos de referencia, claro que hubo pequeños inconvenientes;
durante casi todo el camino, fallaron los frenos de la llanta
delantera y en Ibarra, en un parqueadero, un señor de mas de 60 años
creo, me presto llaves y me ayudo a arreglar deforma definitiva los
frenos, era día domingo y todos los talleres estaban cerrados y
antes de llegar a quito en un cruce de caminos, lleno de polvo, tome
la vía equivocada y ascendimos vía al quinche y Tumbaco, pero, no
fue del todo mal, subimos a una montaña a apreciar la belleza de
panorámica ofrecida y regresamos a tomar nuestro camino, una hora
demás de recorrido pero, felices, por fin entrando a quito, por fin
ya hora para donde vamos...? era la pregunta...
El amigo
Ramiro no daba rastros de supervivencia, se le llamaba y pasaba a
buzón de mensajes, Marcelo también a buzón de mensajes y así los
demás contactos... al final, El viejo Wayna, contesto las llamadas y
después de dar vueltas, por varias avenidas llegamos hasta el
centro, donde muy amablemente una nueva familia, hacia un espacio en
un rincón de su hogar para recibirnos, todo de ahí en adelante fue
una maravilla; Cerveza, vino, comida, risa, historias y aprendiendo
un poco mas a cerca de los nuevos vicios de vida que conocíamos,
visitando a Ramiro y Blanquita, se nos paso el tiempo y demasiado
rápido debimos regresar, pasando por Otavalo una noche, la mitad del
mundo, Cotacachi y otras maravillas más...hasta hablamos con
Evo...jajaja y para diciembre de 2013, vamos a repetir...